sábado, 27 de septiembre de 2008

Sam Shepard y la doble de la Estrella


Son muchas las razones que me hacen admirar a Sam Shepard. Basta con leer la entradilla biográfica de la contraportada de uno de sus libros para darse cuenta de la altura del personaje: “Sam Shepard (Illinois, 1942) se ha convertido en un mito contemporáneo: polifacético como Boris Vian, legendario como Neal Cassady, amigo y colaborador de los Stones, Patti Smith y Bob Dylan, batería durante años de una orquesta de acid rock, actor en películas como Elegidos para la gloria y Días del cielo, coguionista de Zabriskie Point y Paris, Texas, casado con Jessica Lange… Y, como remate, autor, galardonado con el Pulitzer y el Obie, de más de cuarenta obras teatrales, por las que se le ha llamado el sucesor de Tennesse Williams. También ha escrito dos volúmenes de prosas y poemas, Crónicas de motel y Luna Halcón”.

Y vaya si escribe bien, una prosa afilada y rápida, formalizada en poemas y en fragmentos autobiográficos que saltan de la infancia a un rodaje, del paisaje al paisanaje, de la alucinación a la realidad más doméstica. Es además -como habrán visto en la foto de arriba- un tipo muy guapo y, a través de sus crónicas, uno no puede dejar de imaginárselo como un cowboy underground, la encarnación de lo mejor que ha dado América en los últimos cincuenta años.

El poema que les traigo está sacado de Crónicas de motel, un libro imprescindible que sirvió a Wim Wenders como inspiración para su película de París, Texas: “El film que yo había querido hacer en los Estados Unidos estaba ahí, en ese lenguaje, esas palabras, esa emoción americana. No como un guión, sino como una atmósfera, un sentido de la observación, una suerte de verdad”.

Es un poema que retrata trágicamente la tensión entre la vida y la ficción, el campo y la ciudad, el anonimato y la fama. Dice así:


me encontré con la doble de la Estrella
al abrirse hacia los lados las puertas del ascensor
y yo salía
y ella entraba
a las cuatro de la madrugada
y vi que estaba absolutamente pirada
le pregunté que había tomado
dijo 6 Valium y Vino Blanco
porque hoy era el último día de rodaje
y le pareció que había que celebrarlo
jodiendo con algún tío del equipo
y colocándose
porque éste era su pueblo
y ella iba a quedarse
mientras nosotros nos íbamos
y la tortura de no ser más que una doble
dejada atrás
en un pueblo en el que le dolía haber nacido
estaba destrozándola ahora
de verdad
y eso hizo que volviera a avergonzarme
de trabajar como actor en una película
y provocar ilusiones tan estúpidas
de modo que me la llevé a mi habitación
sin planes respecto a su cuerpo
y ella se sintió desesperadamente decepcionada
intentó arrojarse por la ventana
y le dije que no valía la pena
no es más que una película estúpida
no tan estúpida, dijo ella, como la vida


1/11/81
Seattle, Wa.

2 comentarios:

Coral Herrera Gómez dijo...

qué hombre tan guapo... me ha gustado su poema, pero me admira su belleza física...

tu blog alegra mis navegaciones diarias y me hace conocer gente super interesante de la que yo apenas he oído hablar... gracias por ampliar horizontes,

e insisto: que tío más buenorro el Shepard :)

Anónimo dijo...

bueno.. no prives al personal de comentar sus actuaciones en pelis de acción como Operación Swordfish, Black Hawk derribado... Sam Shepard forever!!!

Aitor