lunes, 29 de diciembre de 2008

La espirulina, el piropo y mi señora. Confusiones contemporáneas.


Ivone acaba de llegar de Cuba con una beca posdoctoral para investigar las aplicaciones de la espirulina; un alga para mí y para el común de los mortales desconocida, pero a la que ella ha consagrado años de estudio farmacéutico.

Como soy de letras y amante de las perspectivas panorámicas siempre me llama la atención la hiperespecialización científica. En mi suprema ignorancia digo espirulina y achino los ojos como intentado ver más allá: un fondo marino de vivos colores, un remedio natural y milagroso para evitar el envejecimiento de las células, una nueva droga portadora de la felicidad y sin efectos secundarios… En fin, relleno mis lagunas con paletadas de imaginación psicodélica mientras pienso que este fin de año, no voy a necesitar ni un buche de champán ni una calada de porro: me bastará con una pequeña dosis de espirulina para empezar una nueva vida, más feliz, más joven y más colorida. Se nos murió Albert Hoffman pero aquí está Ivone y su espirulina.

La espirulina no todo lo ilumina

La llamo por teléfono y, como era de esperar, mi imaginación ha volado demasiado lejos. Por no perder el rigor académico, tratándose de algo científico, le pregunto por el título exacto de su tesis doctoral: “Desarrollo de una línea cosmética para la protección solar con estracto de espirulina platensis cubana”. Pero Ivone, me aclara, está aquí, en Sevilla, para introducir la espirulina en forma sólida como suplemento vitamínico. Me explica que además de las aplicaciones cosméticas, la espirulina –una microalga similar a los sargazos que llegan hasta la orilla de la playa- es rica en proteínas, minerales, vitaminas, aminoácidos esenciales, ácidos grasos poli-insaturados, etcétera. Su misión es convertir el alga en comprimidos: pirulas de espirulina, pero sin vuelo psicotrópico. La realidad siempre a pie de tierra.

Olvido, decepcionado, el alga, y le pregunto por qué su nombre se escribe con una sola ene y no dos. Su padre le inscribió mal en el registro. En Cuba los nombres no están limitados por el santoral ni tampoco por el buen gusto, recuerdo que en Guantánamo, desde donde se ven aterrizar los aviones en la base naval estadounidense, algunos niños atienden al nombre de Usnavy.

Ivone acaba de llegar hace diez días y lo primero que tuvo que hacer al bajar del avión fue comprarse unas botas, ya que las chanclas playeras que tenía no sirven para el invierno. Luego se compró un chaquetón y, aun así, no ha podido evitar caer enferma de gripe.

Piropos a mansalva
Acostumbrada a vivir como cubana, rodeada de gente, la vida en Sevilla en un piso compartido con una compañera con la que apenas se cruza, le parece de una soledad enorme. Más miga tiene su comentario de que aquí los hombres no piropean a las mujeres. Glup, trago saliva e intento explicarle que el feminismo nos tiene enseñado que piropear a la mujer es denigrarla a la condición de objeto, de un objeto bonito, pero objeto al fin y al cabo. Yo, por ejemplo, no es que crea en ese feminismo y, sin embargo, me cuido muy mucho de expresar mis impresiones fuera de un ámbito íntimo no vaya a ser que me pongan mala cara o me llamen directamente machista asqueroso. Ivone parece no entenderme y yo complico más el asunto añadiendo que el imperativo biológico que impulsa los juegos de seducción entre hombres y mujeres, desde la liberación feminista, ha tenido que adaptarse a reglas más complejas y a censuras difíciles de sortear. Ivone me contesta diciendo que a todas las mujeres les gusta que le digan cosas bonitas, y yo ya no sé cómo hacerle entender el entuerto de lo políticamente correcto sin parecer idiota. En fin, trato de explicarle, confusamente, la confusión del macho contemporáneo, su despistada blandenguería. Pensará que aquí estamos todos locos.

Me despido hablándole de un cortometraje protagonizado por un amigo, José Chaves, con el que, precisamente, viajé a Cuba en el año 96. Mi señora, dirigido por Juan Rivadeneira, es uno de los videos españoles más visto por internet, un auténtico suceso mediático que, entre otras cosas, debe su éxito a su incorrección y a su inmoderada falta de respeto hacia la profilaxis verbal impuesta por el feminismo. Una lectura atenta de Freud y de su libro El chiste y su relación con lo inconsciente, permitiría identificar los mecanismos de liberación que activa la risa en relación con lo reprimido. Sin embargo, para no alargarnos más, bastará con una cita de Cioran que ahuyente a las malhumoradas y represoras feministas: “la religión, al igual que las ideologías, que han heredado sus vicios, no son más que cruzadas contra el humor”. Ahora, diviértanse:

jueves, 25 de diciembre de 2008

Curso de Andaluz. Arte y poderío al alcance de cualquiera.


Una amiga madrileña tuvo que interpretar un papel de andaluza en una obra de teatro. Como actriz concienzuda que es, buscaba entrenamiento cuando casualmente se cruzó conmigo. Yo que en Madrid destaco por mi acento andaluz y en Andalucía por mi deje madrileño, no quise darle la réplica, de lo cual, ahora y por otros motivos, me arrepiento.

De lo último que se da cuenta el pez es del agua, quiero decir, que yo no soy muy consciente de mi acento salvo en el espejo de los demás. Y el espejo de los demás inevitablemente está empañado de prejuicios. Cuando llegué a Madrid, hace 13 años, notaba que cuando hablaba la gente se reía. Supongo que no se trataba sólo del carácter diferencial de mi acento; desde hace al menos setenta años, en España, el reparto de estereotipos regionales hace recaer en el andaluz el papel de gracioso. Durante el franquismo lo andaluz se tomó como representación de la quintaesencia española, el lema de “pobretes pero alegretes” se encarnaba perfectamente en el tópico del andaluz siempre dispuesto al fandangueo y el chascarrillo.

El andalucismo hunde sus raíces en la fascinación por el folclore y la lírica tradicional que sintieron Lorca y Alberti y otros poetas de la generación del 27, pero su vuelta de tuerca y vulgarización la alcanza, sin duda, en los años cuarenta donde lo auténticamente español se nutre de ese sustrato de mujeres morenas, vino y faralaes. Cientos de canciones vienen a glosar la peculiaridad española que no es más que la gracia y el duende de lo andaluz. Es la época de la autarquía, no se olviden, y como nadie quiere tratar con un régimen fascista, las autoridades locales jalean un continuo “ellos se lo pierden” y un “como España no hay ná” que un poco más tarde, con la llegada de los turistas, cristalizará en el lema "Spain is diferent". Es un mecanismo de defensa, la historia del pobre loco que reacciona ante su marginación creyéndose nada menos que Napoleón Bonaparte. Pues bien, el sombrero de Napoleón de la España franquista fue el andalucismo, “un arte que no se pue aguantá”.

Luego las cosas cambiaron relativamente, la copla perdió protagonismo, pero un andaluz siguió siendo un andaluz en el imaginario español, esto es, alguien poco amigo del trabajo, aficionado a la fiesta, buen contador de chistes, etcétera. Lo andaluz pasó de definir la peculiaridad española a cargarse, ahora que somos europeos, de una simbología étnica; una suerte de atavismo folclórico. Un andaluz ahora no es más que un español asilvestrado.

Me acuerdo de una amante madrileña a la que sus amigos, igualmente madrileños, al enterarse de sus escarceos conmigo la llamaban “killa”. “La killa”, qué guapa era y qué bien pronunciaba las eses... En cualquier caso, lo que más me molesta no es que de Despeñaperros para arriba la gente automáticamente se sonría al escuchar hablar con acento andaluz, sino precisamente los andaluces que abrazan amorosa y acríticamente el estereotipo del gracioso. Como si los catalanes se enorgullecieran y llevaran a gala ser tacaños.

En fin, esta entrada se me ha hecho larguísima. Solo quería presentar un curso de andaluz para compensar a mi amiga actriz por mi negativa de entonces, por si alguna vez le sale otro papelito de andaluza en una obra, para que pueda practicar sin necesidad de nadie que le de la réplica. Con todos ustedes, el Follow Me andaluz, más concretamente andaluz jerezano. En este curso además de aprender a manejarse con poderío dialectal se enseña cómo reírse del propio estereotipo sin dejar de ser gracioso.

martes, 16 de diciembre de 2008

En tiempos precarios El Corte Sobra.Pero una madre sigue siendo una madre.


No todo se hunde en tiempo de crisis. La lotería, por ejemplo, incrementa sus ventas. El viejo reclamo de Usted puede ser millonario comprando este cupón, reluce con más fuerza en la adversidad que en tiempos de bonanza económica. Mira que si nos toca…

En un sentido más práctico y menos milagroso, el mercadillo de vendedores ambulantes, aquí llamado con aires parisinos “el piojillo”, hace su agosto en tiempos de crisis. A los compradores habituales se suman nuevos consumidores que ya no tienen para el prêt-à-porter de la temporada; los chamarileros y gitanos que despachan el género no dan abasto. Mi madre, decidida a que no pase más frío, me trae de regalo -estos son los reyes, me dice- una bata de cuadros verdes y dos skyjamas de forro polar, y unas pantuflas de andar por casa. Yo que siempre envidié la suerte del prejubilado, gracias al piojillo, podré al menos vestir como ellos. Y a un módico precio: los skyjamas a 5 euros cada uno, la bata y las pantuflas a 8.

Las pantuflas de cuadros me hacen mucha ilusión; Rafael Sánchez Ferlosio, lucía unas igualitas en una foto antológica que sacó El País hace unos años. La bata de cuadros me recuerda a un anuncio de Polil antipolillas; me la he puesto y enseguida me han entrado ganas de coleccionar sellos. Mi madre me cuenta que el vendedor, que iba vestido con una de sus batas, aseguraba que el tejido era nada menos que tela prepirenaica de los Alpes. Señora, tela prepirenaica de los Alpes. Aquí les dejo, para regalo de sus ojos, una foto de mi bata antipolillas:

Al ver de refilón la etiqueta de los skijamas he pensado que procedían del mismísimo Corte Inglés; ya me extrañaba a mí que fueran tan baratos, los han robado en El Corte Inglés, estuve a punto de decirle a mi madre cuando, fijándome mejor, descubrí un irónico juego de palabras en la etiqueta: El Corte Sobra.

Un amigo andaba preguntando a otras amigas por las cinco mejores y las cinco peores cosas de este año que termina. Ellas, dejándose retratar con sus churumbeles, enumeraban sus preferencias con una soltura que me llena de admiración. Hasta esta mañana que se apareció mi madre con mis regalos de reyes, hubiera sido incapaz de soltar prenda. Pero ahora sí estoy preparado para marcar tendencia en estos tiempos de crisis y temporales diversos, tomen nota: las cinco mejores cosas de este año que termina son mi bata y mis dos skijamas de tela prepirenaica de los Alpes, mis babuchas de cuadros y, cómo olvidarla, mi madre. En estos tiempos precarios el corte sobra pero una madre sigue siendo una madre. En la foto de arriba la pueden contemplar conmigo y en la de abajo con mi hermana (en ese momento algo molesta por la salida de los primeros dientes).

viernes, 5 de diciembre de 2008

Camarón por bulerías y por sevillanas.


Ayer, 5 de diciembre, el Camarón de la Isla habría cumplido 58 años. Como escribió Sabina en un poema que cantó Pasión Vega: cómo te extraño, motín de la razón soledad sonora… jondura en vena, cura de hierbabuena, galope inerte, patera hundida, viva la mala vida, muera la muerte.

Cura de hierbabuena:

En estas bulerías del 78 que les traigo, el Camarón de la Isla, que cantaba como los ángeles, se convierte en guardián de los que cantamos mal, asistente de los menesterosos sin voz, médico -con sus curas de hierbabuena- y compadre de los cantantes afónicos que lloran por no poder cantar:Sentado en un río y en un viejo tronco, mi compare quería cantar pero estaba ronco. Lloraba de pena, lloraba de pena, y en mis manos le di de beber agüita del río con hojas de menta.

Las bulerías van precedidas de un joven Camarón defendiéndose en el 73 de los ataques de los puristas. Y eso que todavía faltaban unos años para la Leyenda del tiempo. Disfruten del video y no pasen por alto lo bien que le quedaba la melena a Paco de Lucía:



...Mala suerte es la mía y haber tropezao contigo. Lo agustito que yo vivía, tu cariño es mi castigo.

Pa qué me llamas prima, ay, pa qué me llamas

Tantas veces las canté, y tan mal. La última vez esta mañana, mirando con hondura una llamada perdida en el móvil. Pa que me llamas prima, ay, pa qué me llamas...

Yo sé que las sevillanas están mal vistas, que los puristas las han condenado con desprecio a vagar, como hijas bastardas, lejos de la casa sacrosanta del flamenco. Como siempre que se habla en nombre de la pureza, es una confusión que despista el juicio y el talento. Una vez más el Camarón, ajeno a las alambradas y a las tonterías de los defensores de la esencia, alcanza lo sublime con estas sevillanas gitanas para la película de Carlos Saura. Es de sus últimas apariciones, unos meses después, el 2 de julio del 92, moría a los 41 años.



Es comprensible que ante el boom comercial que vivió el género en los ochenta, se reaccionara desde el flamenco con altanería. Igual que hoy a la gente le da por hacer pilates, entonces una fiebre recorrió el país y España entera se puso a bailar por sevillanas. Para cubrir la demanda hubo un exceso de oferta, de oferta mala mayormente, y el producto se depreció. En el año 92, cuando todo el mundo estaba harto, Juan Lebrón produjo la película de Sevillanas. Carlos Saura llevó adelante el encargo con altura, y Camarón y compañía dignificaron la imagen del género.

Años después le preguntaron a Saura por qué Camarón, un cantaor de flamenco, aceptó intervenir en Sevillanas. “Él pensaba- respondió sonriendo- que yo era el director de la película Los diez mandamientos, y eso de que se separaran las aguas le parecía muy bonito”. Por supuesto, nunca le dijeron a Camarón que estaba equivocado.

viernes, 28 de noviembre de 2008

El Hombre delgado en el telediario (14-11-2005). Redoble de autobombo.


Fue divertido salir en el telediario. A día de hoy, tres años después, aunque me pese un poco quedar como un payaso, me alegro mucho de ver la exposición en la antigua galería Moriarty, con las obras de Miki Leal, Alberto García-Alix, Mireia Sentís, Miguel Moreno, Chechu Álava, Fede Guzmán, Nacho Luna, Raquel Manchado, Quico Rivas, J. R. Moreno, MP Rosado, Adam Jorquera y Herminio Molero.

Salir en el telediario hace que mucha gente te vea y que los antiguos compañeros de colegio te llamen, después de veinte años, para saber de ti. La familia se pone muy contenta y algún amigo hasta te pide dinero. El reportaje de la exposición y de la salida del libro-disco de El Hombre Delgado cerró, aquel lunes 14 de noviembre del 2005, las dos ediciones del telediario de la uno. Más tarde, en versión reducida, estuvo unos días como noticia cultural en el canal Euronews.

Como era un proyecto bastante atípico, y en el que participó mucha gente de manera voluntariosa, salir en la tele nos dejó con la sensación de haber marcado un gol. Por la escuadra. A Herminio Molero lo saludaban en su pueblo; Quico Rivas, con su tono de amable conspirador, me llamaba desde una cabina celebrando la infiltración; Borja Casani, que lo vio por la noche, me dijo que a Estopa, que tenían disco nuevo o algo así, los habían sacado solo unos segundos y que en cambio, el hombre delgado y compañía habían estado una barbaridad de tiempo. A mí se me hizo larguísimo también y me vi como si no fuera yo, pero sabiendo que era yo. Hay gente que mata por salir en el telediario, literalmente, y luego uno se ve como un muñeco. Aquí tienen dos minutos de exposición y performance:


En cualquier caso, estoy contento de haber salido diciendo lo que dije: No se rinda a la hipoteca, no se rinda al atasco, no se rinda a un trabajo miserable: aprenda a vivir del aire. Fue hace tres años, cuando la fiebre de la especulación hacía su agosto, ya saben, aquello de cómprate un piso por 30 millones y al año lo vendes por 40. Antes de la crisis estar promocionando la épica de la precariedad en el telediario tenía su aquel. La crisis para algunos lleva ya muchos años y cuando ha llegado a los telediarios es porque han empezado a perder los que antes ganaban a manos llenas. El otro día entre los poquísimos manifestantes que asistieron a la concentración del 15 de noviembre en la Puerta del Sol contra el Socialismo para Ricos, una chica llevaba una pancarta donde se podía leer: Ahora lo llaman crisis, y lo de antes ¿qué era? En fin, desbarro como siempre.

¿Come o no come?

El periodista que hizo el reportaje fue J. Benito Fernández, el autor de la biografía de Haro Ibars: los pasos del caído y de El contorno del abismo. Vida y leyenda de Leopoldo María Panero, y el reportaje lo hizo bastante bien. A mí me encanta el momento en que la cámara apunta al Chupa-chups de mármol de Fede Guzmán, que estaba coronado por chupa-chups de mariguana que los visitantes podían coger, y la voz en off pregunta: ¿comerá el hombre delgado caramelitos de yerba? Luego encuadra la pintura de Adam Jorquera con mi estampa sombreando un plato lleno de mierda, y la voz entona un lastimoso: el hombre delgado está delgado porque tiene el plato vacío, no come.

En realidad, el personaje del hombre delgado no come por no prestarse al chantaje establecido: si el que no trabaja no come, el hombre delgado no come. Prefiere vivir del aire a morir de asco. La historia de la humanidad como decía Erich Fromm, se ha forjado bajo la amenaza del hambre, una psicología de la escasez que obedece la ley de que el que no trabaja no come. Por eso el hombre delgado no come, porque tal y como están las cosas la comida así ganada le sabe a mierda. Es un decir metafórico, no se lo tomen a mal, el hombre delgado es un personaje de ficción hecho, amablemente, para crear fricción. A mí me sirve para ordenar mis canciones, y para mostrar el mundo que me rodea.

Despedida y cierre

A los del telediario hay que agradecerles además que pusieran dos montajes y alternaran las 13 obras para que pudieran verse todas. Su buen hacer permite disfrutar tres años después la exposición al completo. Y reírse un poco del cantante. Aquí les dejo el video del telediario de la noche:


El episodio de comisariar aquella exposición la conté en el libro-disco que presentábamos, y el texto está en la web, en obras.

Otra cosa fue lo que pasó después, los desastres naturales y lo que sigue pasando.
Como dijo el venerable Chögyam Trungpa, hay que vivir la vida como un experimento.

martes, 25 de noviembre de 2008

Vaya carrito que gastáis, eh? La Excepción adelanta al Canto del loco:



Parece que están en San Sebastián, el Langui y los suyos van escuchando nada menos que a Amaral. Unas palabras y al final se pican con el coche. Como no podía ser de otra manera gana La Excepción. Chachoooo.

Más goles

Están muy bien entrenados, es normal que adelanten, con el coche y con muchas otras cosas, al Canto del loco. Por algo son miembros del Besolla futbol club, un equipito mu mortal, deleitando al personal:



Aquí la letra:

EL BESOLLA FC

Son las 4 de la tarde, un sabadete en pleno Panben,
y yo recién comío, con el buche reventón
Y en la tripa un chorretón por el peazo plato de cocío que me he metío
El sol golpea en la cara, que tú le pegas dos caladas y tas quedao con la enjamada.
Yo tiro de camino pa la curva a buen pasejo ¡primejo! Hoy nos toca el partidejo.
Semos el Besolla un equipito muy mortal, deleitando al personal,
así nos verás jugar, haciéndole recordar nuestro nombre a to rival,
y aún nos queda ese compás como escudo por bordar.
Azúl celeste es, el equipaje que ves,
calidad indiscutible con la pelota en los pies,
si llevamos ya ocho años en esta liga haciendo daño, ¿y el palmarés?
pues va creciendo, ¿qué te crees?
Que ¿no me he presentao?, perdón, soy er delegao,
el que puede tropezar con la espina de un pescao.
Buenas tardes colegiado, aquí las fichas yo le entrego, buen partido, pite bien,
no la mangue, estese al juego.
Nos gastamos dinerales y se lo llevan muerto,
al jugar en esta liga mierda de ayuntamiento,
suscribirnos cada año nos supone un jornal,
pa que luego, desgracio, esté to el campo agrietao.
Comienza así el partido y el Langui distraído,
tan distraído que el tiempo ni he cojido,
Buba, el de alao, es el segundo delegao y cuando estamos de conciertos,
en el acta él a firmao, y ahora ¡arriba Besollita! se escucha en la banda,
la afición y su humareda que comparten bufanda, y anda síguela, qué bonito, házselo,
tira tú, tiraaaaaa .....

Huyyyy, si yo supiera cuántos huyyyyyy, habría en un partido, huyyyy,
no estaría nerviosico, alma en vilo, intranquilo, en un suspiro, con el huyyyy,
si yo supiera cuántos huyyyy, en el larguero pegarían, nerviosito, alma en vilo, intranquilo,
en un suspiro no estaría.

"Eh, uno se queda"... Si por evitar un golazo me dí un batacazo, tarascas de bullterrier,
¡me doy al espectáculo! Palomitones que hago y ¿quién se para un penalti?. Lejos de jugar
de 2 improvisao, al corte como Ricardo Rocha, no me tires una cacha, ¡que saco el hacha!.
Y aunque sea el último, cintura y picardía no me faltan, que ya llevamos cuatro faltas, que
lo resuelva mi elegancia , tendencia a no irme a un lao y aguantar el tirón, la suerte del
campeón con un theepeat se antoja de mi mito, ¡Besolla de Pan Bendito!
Grita la afición, brava y esclava, se preguntaba, ¿qué hará el Antón? Finalización a lo
Disneyworld, Laudrup, pase al hueco, glamour de club, pocos los elegidos, focos encendidos,
desaparecidos en los minutos decisivos, galácticos del rap si acaso, acoso de un rival, da y
ve, cambio de ritmo, tiro la pared, "Felucho que la engancha, recorta, a la media vuelta,
se revuelve, ¡pónmela de cara! ....

Estribillo

Madre, peazo control que se ha burlao el fiera,
con un pescuezo que dikela ande anduviera y que supieras ¡qué!
ha sido un jugón en el equipo que estuviera.
Y míralo cómo se lo hace por la banda el mostri,
lleva el diez a la espalda y costri o contracturia ¿eh?,
la que la dejao el contrario en la cinturia.
Yo llevo cientos de años intentando cocienciarme
de que futbolista primo en verdad no he podido ser¿te conformas con ver? ¡no!
¿con rematar? Bueno ¿lo haces en plancha? Depende del terreno,
cojo una pelota y te hago una bicicleta, si no pues de portero,
a mí el Rico me respeta, Porreta ¿qué dices?,
que me la sintonices, te las has hecho con boli y dices que son barices.
Anda salte ya del campo que empieza el segundo tiempo,
y hacernos con la victoria el Bessolla está dispuesto.
Y esto es asina y tú no lo cambias.
Da igual el patrocinio, el equipaje ó el chándal.
Mostramos un respeto hacia el rival, lo primero.
Y así quiero que acaben los encuentros, sin lesiones, espero.
Futboleros, sigamos haciendo un juego divertido,
tocamos en corto, manejemos el partido,
si estás malherido, colegui pide el cambio,
controles y caños se llevan un buen baño,
muy importante el control a la primera, barrera ajustada
el efecto es evidente, y con temple, colocala, chútale, que entre un golito más, uno más.

ESTRIBILLO

Alirón, alirón el Besolla campeón.
Da igual vestir mayadra, puma ó decathlón.
Sentimos los colores más que un camaleón.
Pasando por La Mina, el Gallur ó Patacón.
Alirón, alirón el Besolla campéon.
Sus buscamos el desmarque y sus hacemos otro gol.

Goooooool ....

El niño en la burbuja, bajo los cielos africanos.


Uno de mis primeros recuerdos audiovisuales de África, y el primero de Miriam Makeba, fue el concierto de la gira de Graceland de Paul Simon. Conocí la música africana a través de este disco y repasé hasta romperla la cinta vhs con dicho concierto grabado de la tele. Cuando en el año 86 sale a la venta el disco con el que Simon se reinventa en clave africana yo tenía diez años. A su autor le costó ser declarado persona non grata por el Congreso Nacional Africano y por la ONU al haber roto el boicot impuesto a Sudáfrica, grabando con músicos de aquel país. El castigo no duró mucho, como dice la wikipedia:

“Finalmente ambas organizaciones comprendieron que el castigo al régimen del apartheid no debía suponer una penalidad añadida a su víctima, la población negra, y que Simon lo que había hecho era promocionar la cultura de color sudafricana y darle la oportunidad a no pocos de sus intérpretes de ser mundialmente conocidos y valorados, por lo que en enero de 1987 Paul dio una conferencia de prensa en Londres en la que pudo anunciar que dichas entidades lo habían borrado de tales listas negras.”

El concierto empieza como el disco, con la canción de The boy in the bubble. El niño en la burbuja, una sugerente y sentida descripción del momento que sigue a la explosión de una bomba alojada en el carrito de un bebé. Una denuncia dolida de la indiferencia con la que atendemos la desgracia ajena, como el que mira una constelación distante:




La primera estrofa y el estribillo -si mi tosca traducción no traiciona demasiado- dicen así:

Era un día lento y el sol golpeaba
a los soldados por el lado de la carretera,
hubo un destello de luz,
una rotura de cristales,
la bomba en el carrito del bebé,
retransmitían por la radio.
Estos son los días del milagro y pregunto:
Esta es la llamada de larga distancia,
La manera en que la cámara nos sigue a cámara lenta
la manera en que miramos todo,
la manera en que miramos una constelación distante,
esto es morirse en una esquina del cielo.
Estos son los días del milagro y pregunto
y no llores pequeño, no llores, no llores.

La canción sigue y hay una apelación al carácter mágico del arte, a poder pensar en el niño en una burbuja. Supongo, mi inglés es tan lamentable que es probable que me equivoque, que se trata de una burbuja protectora que lo salve de morir en la explosión.

El auténtico y consistente líder Robert Mugabe, años después.

El concierto fue en Zimbabue. Y lo que son las cosas, en el comienzo de la canción sale, después de un grupo de negritos bailando en lo alto de un muro, un cartel animando a seguir al auténtico y consistente líder R. G. Mugabe. Aunque desde que subió al poder y hasta finales de los 80 llegó a eliminar más de 20.000 opositores de la etnia Matabele, fue considerado mundialmente, hasta bien entrado los 90, un héroe de la emancipación negra por haber derrocado al régimen de Apartheid en Rodesia. En el 2000 perdió un referéndum para reformar la constitución y lleva desde entonces amañando las elecciones y reprimiendo a los seguidores de Morgan Tsvangirai, su contendiente, al que han llegado a propinar brutales palizas. En fin, el repetido arquetipo de héroe revolucionario convertido en dictador corrupto y cruel.

En el 87, que fue cuando se celebró el concierto de Paul Simon, Mugabe todavía gozaba de su aura mítica, entre otras cosas porque Zimbabwe, que así pasó a llamarse la antigua Rodesia, era el país vecino a Sudáfrica, que sólo años después consiguió liberarse del apartheid.

Olvidemos a Mugabe y que vuelva Mamá África.

Volvamos a escuchar a Miriam Makeba -20 años después de los videos que les puse ayer, 20 años antes de su muerte-, acompañando a Paul Simon en ese maravilloso concierto diurno. Bajo los cielos africanos, tan poco protectores:




Y hasta la próxima.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Mamá África, donde se juntan los océanos.


Paso la tarde del domingo en África. Sirve de puente Miriam Makeba, recientemente fallecida en Nápoles a consecuencia de un infarto, tras cantar en un concierto contra la Camorra, en solidaridad con Roberto Saviano.

La última canción que cantó fue la que le hizo famosa en el mundo entero, Pata pata. Es una canción que desde el título da buen rollo, esa alegría solar africana contenida en una capsula de tres minutos que estalla en los primeros acordes. Escuchen y vean en este video a Mamá Africa cantando el Pata pata, en el año 68 en Brasil. Admiren su voz, la voz de áfrica, y sientan la energía contagiosa de un grupo de grandes músicos (fíjense como toca el guitarrista brasileño). Para mí este es uno de los grandes momentos en la historia de la música, comparable a la mejor cantata de Bach. Y quien piense lo contrario tendrá que enfrentarse a la evidencia de millones de personas que han bailado, cantado, se han enamorado, etc.. al son del Pata pata. Así que nada, bailen, canten, enamórense, y digan adiós a Miriam Makeba:



Aquí pueden sentir el latido, la llamada del África lejana, la hipnosis del Kilimanjaro. Miren como se movía esa mujer, mitad pantera mitad leopardo; mírenle a los ojos y sientan el Black Power:



El miércoles pasado la familia arrojó al mar las cenizas de Miriam Makeba. Fue en Cape Point, Sudáfrica, donde se juntan los océanos Pacífico e Índico.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

¿Qué quieres ser de mayor? Woody Allen responde.

Un amigo habla del incesto y encabeza su blog con una foto de Woody Allen y Soon Yi. No estaría de más, para que la carambola incestuosa siguiera, recordar una entrevista en la que el cineasta habla de las ventajas de ser un criminal, de cómo de niño soñaba con ser un delincuente y de la familia como campo de ensayo. Estamos en 1970, en la televisión inglesa:

Fe de erratas. Quien no trabaja no hace el amor, remix.



La historia de un obrero en huelga que llega a su casa y su mujer en vez de tenerle preparada la comida le monta un numerito. El poco dinero que le da él (porque está más días de huelga que trabajando) no le alcanza, así que ella misma decide ponerse en huelga en contra de él, presionando donde más duele: en el amor. Quien no trabaja no hace el amor, le dice ella. Así que él se lanza a la calle a trabajar mientras todo el mundo está en huelga. Un piquete lo sorprende y le pega un puñetazo, lo que obliga al sufrido marido a encaminarse a pie hasta Urgencias. Sí, los tranvías también están en huelga. Al llegar al hospital, el médico también está en huelga. Nuestro hombre se pregunta con impaciencia y escándalo, qué juego es este, cómo va acabar este desmadre. El pobre no sabe que hacer: si no hace huelga los piquetes le pegan, y si la hace, su mujer le niega el amor.

La historia termina con el hombre pidiéndole al patrón que le dé el aumento, que “así vera que en su casa y en la de todos entra el amor”. Hace unos días escribí una entrada hagiográfica de Adriano Celentano que la cerraba entusiasmado con este tema. Decía que era una canción política que planteaba la solución de una huelga en que la patronal cediera y concediera el reclamado aumento de sueldo. Decía también que era una canción más socialdemócrata que revolucionaria, pues no trata de subvertir el orden establecido sino de acomodar la parte más sufrida, que los explotados no estén tan explotados. La revolución es el sueño de los desposeídos y la forma socialdemócrata de evitar levantamientos es darle algo para poseer, aunque sea una hipoteca, o como en este caso, un aumento.

Montalbán me salva de la ignorancia

Contrastando mi perezoso análisis del otro día con el implacable de Manuel Vázquez Montalbán en su Cancionero general del franquismo, había pasado por alto el papel denigrante que se reserva a la mujer, de “cinturón de castidad al servicio de la patronal”; y el papel decisivo y violento que se atribuye a los piquetes en la huelga. Dos tópicos peligrosísimos se me habían colado. Sencillamente, embelesado por la música que distrae el intelecto, no me había enterado de nada.

Como soy de natural vanidoso y me jacto en público de escuchar atentamente las canciones, le he dado muchas vueltas a este despiste. He traducido la letra del italiano y he descubierto que en la versión española que maneja Montalbán el final está cambiado. Ya se sabe que en España, por aquella época, las canciones volcadas de otros idiomas llevaban impresa la marca de la censura. Así, donde debería decir:

¡No sé que hacer! Si no hago huelga me golpean
Si la hago mi mujer dice:
“Quien no trabaja no hace el amor”.
Dame el aumento señor patrón
Así verá que en su casa
Y en la de todos, entra el amor.

Donde debería decir eso, se dijo, en la versión española que utiliza Montalbán:

Si la huelga no es la solución
Su mujer tendrá razón si dice:
Quien no trabaja
No tiene amor
Hay que arreglarlo
Con el patrón.

Pero esta curiosidad, esta pérdida de filo en la traducción-traición, no le quita la razón a Montalbán, el cual, en su impagable prólogo del año 72 al Cancionero general del franquismo, analiza esta canción en los siguientes términos:

“El cinturón de castidad al servicio de lo patronal o el voto de la mujer a las derechas nunca ha tenido mejor traducción expresiva que esta canción de Celentano, Chi non lavora non fa l´amore, que provocó fuertes protestas en el seno del movimiento obrero italiano y que fue ignorantemente digerida por el público español. Vemos como la canción no es sólo un medio de conformación lento y seguro de una sentimentalidad y de un catálogo de verdades emocionales, sino que en ocasiones puede ser un directísimo medio de propaganda bajo la coartada de la banalidad.”

Pues eso, bajo la coartada de la banalidad nos inoculan ideas represivas. Sin que nos demos cuenta.

Ahora sí, enfrentemos el peligro de intoxicación ideológica

Expongámonos a la contaminación, esta vez no con Celentano sino con su mujer Claudia Mori, en un vídeo de 1970, en el Festival de San Remo. Un espectador, antes de que empiece el canto, le grita ¡Claudia sei pavorossa! Y realmente el contoneo que sigue lo atestigua: Claudia se balancea, con los brazos en jarra y moviendo el caderamen, vanagloriándose de su pavorosso poderío, de su seductor chantaje: quien no trabaja no hace el amor:



Mujeres así levantan un país.


(La foto es de Manuel Vázquez Montalbán,en 1943. Con cuatro años y ya tan estudioso).

lunes, 10 de noviembre de 2008

El amor, los huevos y Annie Hall.



Un año de amor cabe entre este principio:



Y este final:



...las relaciones humanas son totalmente irracionales y locas y absurdas. Pero, supongo que continuamos manteniéndolas porque la mayoría necesitamos los huevos.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Yo quiero verte danzar. Battiato versus Napiatto.


Battiato se hizo famoso a finales de los ochenta en España, con discos como "Ecos de danza sufi" o el posterior "Nómadas", en los que cantaba en español los éxitos que había tenido en Italia. Aquí, el verdadero empujón a la fama se lo dieron Martes y trece cuando en su especial navideño “A por uvas” lo imitaron rebautizándole como Franco Napiatto. La canción elegida fue "Yo quiero verte danzar", un tema en el que Battiato hace un repaso del género bailable-trascendental. Él quiere verla danzar como los zíngaros del desierto, como los balineses en días de fiesta, como derviches al son de los cascabeles del kathakali, como búlgaros descalzos sobre brasas ardientes. Las referencias más cercanas a los modelos de baile que propone son de Irlanda del norte, donde los viejos bailan al ritmo de siete octavas, y de la llanura Padana, donde de nuevo son unos ancianos que bailan viejos valses vieneses. La nostalgia de paraísos exóticos y de los tiempos pasados, donde el baile era una celebración cósmica y no un embrutecimiento colectivo. En este video Battiato se retrata en compañía tuareg, cantando iluminado por el fuego, y bailando- no se lo pierdan- en un patio blanco que bien podría ser el patio de una hermandad de derviches giróvagos:



Esta canción no es de mis preferidas, pero resume quién es el personaje de Battiato en el imaginario colectivo: su misticismo, su electrónica discotequera al servicio paradójico de un mundo más primitivo y espiritual, su amor por lo exótico, etc… Es un cóctel difícil de agitar sin que se dispare la espuma del delirio. Al fin y al cabo, la contradicción estriba en que un cantante pop occidental hace las veces de pontífice (del latín, el que traza un puente), entre el público consumidor de radiofórmulas y la filosofía oriental. Para un puente así hace falta ingeniería fina, y a Battiato no siempre le sale, aunque sí las suficientes para ser uno de los grandes, y por méritos propios uno de los más heterodoxos. En esta canción se atreve a decirle al oyente, con profusión de sintetizadores y cajas de ritmo, que quiere verlo danzar en trance, como en un ritual chamánico.

¿Tú qué te has fumao?

Oyentes hay muchos, y seguro que a finales de los ochenta cuando Battiato desembarcó en España con sus "Ecos de danza sufi" y sus bailes inspirados, más de uno, incapaz de distinguir los ecos de las voces, pensaría en los estragos mentales que causa el abuso de psicotrópicos: Y todo gira en torno a la estancia mientras se baila. En este sentido Martes y trece se descuelgan retratando al italiano como un colgadillo feliz, vestido de exhibicionista, y haciéndose acompañar por una gallina bailarina a los coros ululantes. Si lo que promocionaba Battiato es la fusión con el todo, el baile fluido como vía hacia el despertar, Martes y trece nos lo representan mareado y olvidadizo, en una coreografía descoordinada y a ratos propia de muñecos articulados ¡hasta le quitan a los pobres balineses los días de fiesta, y a los derviches el son de los cascabeles del kathakali, y los dejan montados en un tacatá! Disfruten:




La llamada del cañaveral

El baile de los derviches, al que alude la canción y al que Battiato señala en sus ortopédicos pasos, es una meditación esotérica en movimiento para alcanzar la unidad con la totalidad perdida. En palabras de Rumi, el poeta Sufí por excelencia y padre de los derviches giróvagos, el hombre es como el ney, la flauta de caña que ha sido separada del cañaveral que simbólicamente representa la unidad. Así el poema de Rumi, como el sonido del ney, como por extensión la canción de Battiato, es un lamento por la unidad perdida y una invitación a recuperarla. Martes y trece con su divertida parodia exhiben el prejuicio occidental hacia las filosofías orientales, como si estas no fueran más que una diversión para hippies revenidos y tipos mareados. Pero también es verdad que Battiato, siempre tan entregado caricaturescamente a lo exótico (y lo exótico no es más que una manera de prejuzgar al otro), se lo pone en bandeja.


Quizás la pregunta sea si alguien que conoce a Battiato a través de su parodia podría ser capaz de escuchar la llamada del cañaveral y ponerse a bailar en trance, o, por el contrario, no podrá apartar de su imaginación una enorme napia y una gallina robótica. El disfrute, en cualquier caso, puede ser múltiple: amar a Battiato sin dejar de reírse con Martes y trece. Eso es lo que yo hago, y estoy seguro de que eso mismo haría Battiato ante su caricatura: reírse sin dejar de amarse a sí mismo.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

A la calle el 15-N: La crisis que la paguen ellos



Un nuevo e-mail recorre internet convocando concentraciones contra la crisis para el 15 de noviembre, coincidiendo con la cumbre internacional que pretende refundar el capitalismo.Este es el mensaje que circula ya por varias vías:

El próximo 15 de Noviembre se reunirán los líderes mundiales para preparar un nuevo plan contra la crisis.

Salvar de la crisis a los bancos de Estados Unidos ha costado 700.000 millones de dólares. ¡¡Cinco veces más de lo que aprobó la ONU para alcanzar los Objetivos del Milenio!! Y las 'ayudas' europeas son aún mayores.

¡¡¡¡Es una vergüenza!!!!

En España el gobierno le da 100.000 millones de euros a los mismos bancos que están desahuciando a muchas familias por no poder pagar la hipoteca.

Hace meses miles de personas salimos a la calle por una vivienda digna y ya advertíamos del peligro de la burbuja inmobiliaria. Ahora que ha estallado ¿la vamos a pagar nosotros?

Durante años se han forrado y ahora anuncian despidos,recortes salariales, cierres de empresas, 'aparcar' el protocolo de Kioto…

Está claro que los grandes partidos gobiernan para la banca y que los grandes sindicatos no van a rechistar ¡Si hasta los han felicitado los banqueros y empresarios! Solo la gente de a pie podemos denunciarlo.

Privatizan los beneficios y socializan las pérdidas. ¿Se creen que somos tontos? ¿Lo vamos a permitir? Claro que no.

El próximo sábado, 15 de noviembre a las 17:00 horas saldremos a la calle en todas las ciudades posibles.

Tenemos tiempo y capacidad suficiente para difundirlo y organizarnos. Da igual si invitan a Zapatero, pero nosotros tenemos que colarnos en esa Cumbre..

PÁSALO, TRADÚCELO, ADÁPTALO Y QUE TIEMBLE LA RED (y la Banca)

¡¡¡ LA CRISIS QUE LA PAGUEN ELLOS!!!



Lugares de concentración en España:

- A Coruña: Plaza de Maria Pita

- Alacant: Explanada de España, frente a la Rambla de
Méndez Núñez

- Albacete: Plaza del Altozano, donde esta la gorda con la
rosa que parece un polo!

- Almeria: Plaza Circular

- Ávila: Plaza del Chico

- Aviles: Plaza de España

- Badajoz: Plaza de San Francisco

- Barcelona: Plaça Catalunya
- Bilbo: Centro Civico de La Bolsa (C/ Pelota - Casco Viejo
- Bilbao)

- Burgos: Plaza Mayor

- Cáceres: Plaza Mayor

- Cádiz: Plaza de San Juan de Dios

- Castello: Plaça de la Independència

- Ciudad Real: Parque del Torreon

- Córdoba: Plaza de las Tendillas

- Elx: Plaça Baix

- Gijón: Plaza del Parchís

- Granada: Fuente de las Batallas

- Graus: Plaza España

- Huesca: Plaza Navarra

- Jaén: Plaza de la Constitución

- Las Palmas de Gran Canaria: Parque Santa Catalina

- León: Plaza de San Marcelo

- Madrid: Puerta del Sol

- Málaga: Plaza de la Constitución

- Mérida: Plaza de España

- Murcia: Glorieta de España

- Palencia: Plaza Mayor

- Pamplona- Iruñea: Plaza del Castillo

- Salamanca: Plaza Mayor

- San Sebastián- Donostia: Jardines de Alderdi Eder

- Santa Cruz de Tenerife: Plaza de la Candelaria

- Santander: Plaza del Ayuntamiento

- Santiago de Compostela: Praza do Obradoiro

- Segovia: Plaza del Azoguejo

- Sevilla: Plaza Nueva

- Soria: Plaza de Herradores

- Teruel: Plaza del Torico

- Toledo: Plaza de Zocodover

- Valencia: Plaça Ajuntament

- Valladolid: Plaza Mayor

- Vigo: Puerta del Sol

- Vitoria-Gasteiz: Plaza de la Virgen Blanca

- Zaragoza: Plaza del Pilar

martes, 4 de noviembre de 2008

Churumbeles a granel

Mis amigas parecen haberse puesto de acuerdo para parir todas a la vez. Con tal afán procreador han disparado el índice de natalidad que yo, que no estaba acostumbrado a tanto churumbel, ya no recuerdo de quién es la niña de ojos azules o el niño que al nacer pesó cinco kilos. Tendré que esperar a que crezcan. Mientras tanto voy ensayando con Herman Dune:



Y hasta con El último de la fila:

¿Crisis? ¡Enciende la tele y deja de llorar!



En la surtida frutería que hay en la carretera, además de fruta, verdura, miel del pinsapar, huevos de campo y, desde hace poco, artículos de delicatesen, despachan también comprensión a su variada clientela. Estar detrás de un mostrador en un pueblo exige profesionalidad y cercanía. Un tendero no se puede permitir el lujo de ser antipático en una red de vecindad tan estrecha y, en algunos casos, tan esquinada; antes bien, deberá propiciar que su negocio sea un rincón de encuentro para los que pasan.

Así que últimamente, siempre que voy a comprar a la frutería de la carretera, me encuentro a un cliente retrasando su despedida con el relato de su mala suerte. El otro día una mujer, en un estacato de frases sin ilación, nos contó la historia de su marido escayolista que lleva un año parado y se sube por las paredes: toda la vida trabajando… en casa sin nada que hacer… Las cosas como están… Cincuenta y cinco años… La frase que más repetía era esta, la de la edad de su marido, un verdadero obstáculo para volver a encontrar trabajo.

¿Dónde está el mando?

Hoy era también un hombre en la cincuentena, con el pelo blanco y hechuras de torero, el que no sabía qué hacer: en dos años la hipoteca le ha subido seiscientos euros, empezó pagando 1100 y ahora paga 1700 euros mensuales. Se despide, del comprensivo tendero y de mí, maldiciendo con impotencia: y lo malo que está tó. Yo entonces me acuerdo de un personaje de Las uvas de la ira que recorre la América posterior al crack del 29 buscando al culpable de aquel desastre para matarlo. Y no lo encuentra, claro.

El poder es una inercia de dominio que nos empuja sin necesidad de que haya alguien al mando. Antes, matar a Napoleón podía cambiar las cosas, hoy no serviría de nada acabar con George Bush porque cualquiera lo podría sustituir sin que las cosas cambiaran en lo fundamental. La metáfora del Dios relojero, en el capitalismo, se cumple a la perfección: el mundo funciona solo; él mismo con su mecanismo. Como un reloj. Que funcione mal o que su funcionamiento aplaste a los clientes de una frutería, son cosas que pasan, cosas que los clientes asumen con impotencia, sin saber a quién echar la culpa. Hoy es día de elecciones y baile de máscaras, y probablemente un nuevo actor -mitad Kennedy mitad Martin Luther King en el imaginario colectivo- entra en escena para quedarse unos añitos. ¿Cambiaran las cosas? De lo mismo a lo mesmo, como diría Rafael Sánchez Ferlosio.

Al llegar a casa el portal de Yahoo! me recibe con la noticia de que este octubre que ha pasado ha sido el octubre en el que más se ha visto la tele: 233 minutos por persona y día. 3 horas, 53 minutos de media diaria. La culpa se la echan al mal tiempo y a la crisis. Tele 5 sigue líder y la 2 alcanza su peor resultado mensual con un histórico 4,1% de audiencia. Canal Sur para mi sorpresa es la autonómica más vista, y líder, además, en Andalucía. La conclusión, no sé si irónica o apresurada, del periodista es que al mal tiempo buena tele. La frase que cierra, me devuelve a la frutería y a Steinbeck: “Las mujeres y los mayores de 45 años fueron el perfil que mayor incremento experimentó con respecto al mes de septiembre”.

Menos mal que está la tele para distraernos. Esta noche retransmiten las elecciones de EEUU en vivo y en directo. Por cierto, ¿Dónde está el mando?



Piedre-citas de autoridad para televidentes exquisitos

Aquí os dejo munición para apedrear la caja tonta. Las he sacado, como tantas cosas buenas, de mi amiga Coral; concretamente de la segunda página de su tesina, un análisis socio-semiótico sobre el programa televisivo de Crónicas Marcianas. Tomen nota:

“Se estima que los españoles pagamos entre 3,3 y 6,6 pesetas por ver una hora de televisión. ¿En qué lugar se puede entretener una familia al completo por menos de 20-25 pesetas al día?”

Ricardo Vaca Berdayes

“La televisión no tanto distrae cuanto que construye permanentemente un mundo de apariencia tan inocente, neutra y “natural” como el real, pero ideológicamente muy activo, en el que se nos instala y en el que aún más, se forja el órgano mismo de nuestra percepción de la realidad. “Distraerse” es una forma muy concreta de estar en el mundo.”

Lolo Rico

“Las derrotas de las utopías históricas construidas en los últimos siglos han representado también la derrota de la Comunicación como instrumento de emancipación.”

Manuel Vázquez Montalbán

sábado, 1 de noviembre de 2008

Cantando bajo la lluvia 1. Un poema lastimoso, el diluvio, Dios y el arco iris.



Una lluvia de paraguas rotos

Llovía y me puse a escribir versos recordando el guardador de rebaños, de Pessoa. El resultado, inevitablemente cursi, te lo transcribo en prosa para que cante menos:

Llovía y yo recordaba a Fernando Pessoa: Pensar estorba como andar bajo la lluvia cuando el viento arrecia y parece que llueve más. Dejar de pensar. Estaba pensando en ti y en olvidarte. Una lluvia de paraguas rotos y no hay horizonte que no sea la extensión de esta fatiga. Ser poeta no es una ambición mía. Es mi manera de estar solo. No pienses demasiado. No temas. El diluvio universal duró sólo cuarenta días.

Hasta ahí el poema lastimoso que muestro como ejemplo de puente hacia otra cosa. Concretamente de puente hacia el diluvio, y más tarde al arco iris, pues sigue lloviendo y ya te digo, la lluvia me pone sentimental y cursi, y Alberto Caeiro, el guardador de rebaños, me deja bucólico, pastoril y hasta pensando en Dios.

Llega el diluvio

La lluvia tiene arrastre desde tiempo inmemorial. Armado con mi paraguas roto acudo a beber a la fuente primigenia y me encuentro con Dios arrepentido de su creación:

“Voy a exterminar de sobre la haz del suelo al hombre que he creado, -desde el hombre hasta los ganados, las sierpes, y hasta las aves del cielo- porque me pesa haberlos hecho.”

La historia del diluvio es una historia apasionante. Dios está enfadadísimo y decide “acabar con toda carne, porque la tierra está llena de violencias por culpa de ellos.” Pero Noé era el hombre más justo y cabal de su tiempo, y Dios le encarga la construcción del arca y la misión de salvar escogidamente a las criaturas: “de todos los animales puros tomarás para ti siete parejas, el macho con su hembra, y de todos los animales que no son puros, una pareja, el macho con su hembra.” En fin, Dios y sus discriminaciones aparte, el caso es que Noé, pese a tener seiscientos años, tuvo la energía suficiente para enfrentar el encargo divino y a los siete días, justo a tiempo, ya estaba en el arca con su familia y con toda la fauna universal.


Cuarenta días y cuarenta noches duró el diluvio hasta que Dios se acuerda de Noé y desata un viento que hace decrecer las aguas: “se cerraron las fuentes del abismo y las compuertas del cielo, y cesó la lluvia”. Las aguas van descendiendo poco a poco y un atardecer la paloma que Noé había soltado para investigar, vuelve con una ramita de olivo en el pico. Se secaron las aguas y Dios ordena a Noé y los supervivientes “que pululen sobre la tierra y sean fecundos y se multipliquen”. Después de la contención, con el aire limpio (no quiero ni pensar el olor de aquel barco repleto de bestias), llega el desparrame y la copulación repobladora del nuevo orden mundial.

Y el arco iris

Llega también el arco iris como alianza de Dios con las criaturas: “Esta es la señal de la alianza que para las generaciones perpetuas pongo entre yo y vosotros y toda alma viviente que os acompaña: pongo mi arco en las nubes, y servirá de señal de la alianza entre yo y la tierra. Cuando yo anuble de nubes la tierra, entonces se verá el arco en las nubes, y me acordaré de la alianza que media entre yo y vosotros y toda alma viviente, toda carne, y no habrá más aguas diluviales para exterminar toda carne. Pues en cuanto esté el arco en las nubes, yo lo veré para recordar la alianza perpetua entre Dios y toda alma viviente, toda carne que existe sobre la tierra.”



Y la lluvia ya no es la misma porque Dios ahora es un monarca constitucional.

Según Erich Fromm en este pasaje del génesis el concepto de Dios evoluciona: de jefe tribal y arbitrario a monarca constitucional. Su exégesis en torno al primer pacto de Dios con las criaturas, simbolizado por el arco iris, merece la pena ser leído con atención. Al menos a mí, con la que está cayendo, me tranquiliza; hay tanto loco suelto declarando guerras en nombre de Dios que escuchar a alguien inteligente se agradece:

“Con la sanción del pacto, Dios deja de ser el soberano absoluto. Él y el hombre se convierten en asociados en un tratado. Dios se transforma de “monarca absoluto” en “monarca constitucional”. Está sujeto, como está sujeto el hombre, a las condiciones de la constitución. Dios ha perdido su libertad de ser arbitrario, y el hombre ha ganado la libertad de ser capaz de desafiar a Dios en nombre de las mismas promesas de Dios, de los principios establecidos en el pacto. En él hay solamente una estipulación, pero esta es fundamental: Dios se obliga a respetar absolutamente toda vida, la vida del hombre y de todas las criaturas vivientes. El derecho a vivir de todas las criaturas vivientes queda establecido en la primera ley, que ni siquiera Dios puede cambiar.”

Así que bueno, si Dios cumple su palabra, diluvio hubo uno y no más. Y ya podemos salir a la calle, amparados por el arco iris, a bailar y cantar bajo la lluvia, sin miedo a la autoridad ni a la inundación:



Y aquí lo dejo, ya está bien de tanta deriva y tanta dérive.

Cantando bajo la lluvia 2. Pablo Guerrero quiere más

Hace unos años, en una tarde lluviosa y cursi como esta, lo que te decía en la entrada anterior te lo habría dicho cantando y sin bailar; con una canción de Pablo Guerrero. Antes de ser un tipo alambicado, por no decir retorcido, yo era un joven pionero anarquista; pero ha llovido mucho desde entonces, y ya no creo ni en la revolución ni en esa manía de reeditar al ser humano, de salvarlo de la corrupción, a la que aspiran los amantes del diluvio y las soluciones extremas.

Hay quien pide que llueva a cántaros. Y quien se enamora bajo la lluvia.

Pese a ser más partidario de los días soleados, de la siesta y del escepticismo, el video de A cántaros me enternece; hasta casi me parece estar viendo a mis padres entre el público. Se trata de un concierto del 77 pero la canción es de un disco del año 72, lo cual la convierte en antifranquista (contra el jefe arbitrario, y antediluviano, que no respeta la vida y la libertad de las criaturas), aunque sin descuidar los aires hippies campestres y anticonsumistas que flotaban en el ambiente internacional. Fíjate en Pablo Guerrero, no sé si pastorcillo o cabrero, pero en cualquier caso guardador de rebaños también. Mi momento preferido, como no podía ser de otra manera en esta tarde tan cursi, es un gesto de amor. Fíjate bien, llega en el minuto tres y dura cuatro segundos: entre el público, ella le busca a él con la voz para corear juntos que tiene que llover a cantaros. Me gusta porque él es más fan de Pablo Guerrero que ella, ella lo mira a él, pero él mira el escenario; hasta que ella, con un coro al alimón, consigue que él la mire dos segundos.



Y con esta canción despido este delirio lluvioso; perdona la inundación y las goteras.

martes, 28 de octubre de 2008

Katmandú: La sombra y la luz. Enero-febrero 2006.


Paso estos días en casa de una amiga que tiene televisión digital. La otra tarde, en el canal de Viajes, un chispeante mochilero yanqui recorría Nepal. Me sorprendió que las imágenes que salían de Katmandú la mostraban como una ciudad alegre, llena de colores. Había estado hace casi dos años por aquellas mismas calles de Tamel, armado con mi cámara, que es una forma de distraer la impaciencia de un mal turista como yo, y ni mis fotografías ni mis recuerdos casaban con aquel Katmandú televisivo.

En Nepal por esos días había comenzado el pulso entre la guerrilla maoísta y los siete partidos políticos contra el rey Gyanendra, pulso que terminó institucionalmente el 28 de mayo de este año 2008, cuando por fin se ha proclamado la república. Yo estuve desde el 30 de enero hasta el 20 de febrero del 2006, y aunque el momento más crítico se vivió unos meses más tarde, las huelgas, el toque de queda y el ejército en las calles, dejaban a Katmandú sumida en un ambiente turbio. Supongo que el haber hecho las fotos en blanco y negro ayuda también a que mi memoria recuerde la ciudad sin brillo, descolorida como esos pañuelos budistas con rezos que el viento va deshilachando.

Aquí les dejo parte de las fotos que tomé entonces, mi particular Katmandú en Blanco y negro. No tienen un valor artístico, más bien son un testimonio documental, una mirada que retorna, con su luz y con su sombra.

Basta con pinchar encima de la fotografía del encabezado y tendrán acceso a la galería. Buenos días tengan ustedes.

martes, 21 de octubre de 2008

Nostalgia del porvenir : del verano azzurro a la huelga general. Un paseo con Adriano Celentano.

Hay gente que hace el mundo más feliz, por ejemplo, Adriano Celentano o Paolo Conte. Cuando los dos se juntan la felicidad se multiplica y eso explica, en parte, que en el imaginario colectivo una canción italiana sea sinónimo de buen rollo. Por ejemplo:



Azurro, letra y música de Paolo Conte. Cuando Celentano grabó esta canción, Paolo llevó a su casa una copia de la maqueta: “Era tarde y mi madre aún estaba despierta. Nos fuimos los dos a la cocina y puse en marcha el magnetófono… Mi madre se echó a llorar. Aún me pregunto si eran lágrimas por el pasado o por el futuro.” El pasado y el futuro se refieren seguramente al personal de Conte, cuya madre llora por su triunfo, un éxito que supone una ruptura entre lo que fue y lo que será la vida de su hijo. Sin embargo, desde que lo leí en Paolo Conte, la reconstrucción del mogambo y otras canciones (Lumen), he pensado en esa reacción de la madre como definitoria de la impresión que deja la música en un oyente emocionado. Simon Frith, el sociólogo del rock decía a cuenta de los Beatles que, incluso al escuchar por primera vez uno de sus temas, “había una sensación de recuerdos por venir”. En este mismo sentido Santiago Auserón tituló una de las últimas compilaciones de Radio Futura como Memoria del porvenir. Es una idea repetida, el que la música establece otro tiempo diferente, con pautas rítmicas que físicamente influyen en el latido del corazón, con melodías que evocan emociones concretas, donde es posible llorar por la amada perdida sin dejar de soñar con la camarera que nos sirve. Y lo mejor, que no hay necesidad de que haya amor perdido, ni camarera a la vista: la música las convoca por nosotros. Así que lágrimas por el pasado o por el futuro, una nostalgia del porvenir.

La lolita pirulera y el papito calzonazos

Una experiencia intensa la de la música; como el amor de La pareja más bella del mundo, que fue la primera canción que compuso Paolo Conte para Celentano, que puso la letra. La coppia più bella del mondo, llegó a las listas de éxito en el 67. Fíjense en la interpretación cómica de Celentano que canta en esta ocasión, en lugar de con su mujer -Claudia Mori, para la que fue escrita-, con la cantante Mina:



¿Ven ahora a lo que me refería cuando decía esa cursilada de que Adriano Celentano es una de esas personas que hacen más feliz el mundo? Y la estrategia bufonesca con la que procede no renuncia a la inteligencia, de hecho, al fingirse un tullido mientras entona “somos la pareja más bella del mundo y lo sentimos por los demás que están tristes y son tristes porque no saben qué cosa es el amor”, le da la vuelta a la canción y la universaliza: por feo que sea nuestro amante, si se aliña con amor, resulta el más guapo del mundo. Una vuelta de tuerca que ridiculiza el mensaje de la canción, ese amor tan convencional en el que él la trata como una niña y ella le tiene dominado por sus maneras de Lolita. ¿Quién no ha sufrido (y disfrutado) de una novia que en los momentos de acaramelamiento (o de chantaje) pone voz de niña traviesa? Estrategia de seducción, le llaman, ¡armas de mujer! Algunas tropicales, si te descuidas, hasta te dicen papito, que si ya antes daba repelús, desde el autobautismo de Miguel Bose da directamente calambre. Ella te dice papito y tú le dices mi niña, mi pequeña, mi baby: el círculo se cierra, la media naranja y la naranja entera.

Celentano al interpretar como un bufón tullido, nos está demostrando que el amor es cuento. De ahí que su interpretación sea a la par que divertida reveladora. Si no se tomara a broma y nos cantase la canción sin ironía, con la pose a la que acostumbran los cantantes melódicos, el mensaje que nos trasmitiría Celentano sería el de la pareja más bella del mundo, sin sombra que lo cuestione, de forma que estaría promocionando un tipo de relación que no es otro que el de la lolita pirulera y el papito calzonazos. Ustedes dirán, como siempre que trato de explicar canciones, que exagero. Tal vez tengan razón.

Quien no trabaja no hace el amor

Estábamos con lo inteligente y divertido que es Celentano y cómo hace que el mundo sea más feliz sin hacer que sea más idiota. Dejemos a Paolo Conte para otra entrada y escuchemos otra canción, un auténtico hit, perfectamente silbable y con la torsión y el ingenio capaz de hacer saltar todas las resistencias aunque se trate, ni más ni menos, que de una canción política en la que una mujer le dice a su marido que abandone la huelga, que ya no tiene dinero para comprar comida; se lo dice además con las piernas cerradas: chi non labora no fa l´amore. El país entero está en huelga y ella acaba por desviar la culpa de su marido al mismísimo patrón, al que le acaba pidiendo que suba los sueldos “ y ya verá como el amor vuelve a entrar en su casa, y en la de todos”. Esta canción triunfó en el festival de San Remo de 1970, interpretada por Claudia Mori y, si la red no me engaña, también por Celentano. Vean que estilazo al cante, al baile y a la dirección del coro:



Una canción más socialdemócrata que revolucionaria, pero política al fin, y divertida. En las antípodas por ejemplo de la totalitaria Europe´s living a celebration, de la que ya hablamos aquí por extenso. Pues eso era todo por hoy. Espero les inspire el maestro Celentano tanta felicidad como a mí, y si además les da fuerza, aprovéchenla, irrumpan en el despacho del patrón y pídanle un aumento de sueldo en nombre del amor; si no saben cómo hacerlo, háganlo como el maestro, háganlo cantando.

viernes, 17 de octubre de 2008

Lauzier, el Fary, el hombre blandengue y la mujer triunfadora.

Les traigo una aventura de Gerard Lauzier, el mordaz dibujante que retrató en Cosas de la vida la sociedad francesa post 68. Hoy Lauzier es cineasta y desde el 92 no ha publicado ningún comic; en declaraciones recogidas por un periodista, explica su abandono: "Es un trabajo muy solitario y, además, nunca fui un auténtico dibujante. Yo dibujaba lo justo para poder explicar una historia, así que no lamento haber cambiado los tebeos por el cine. ¿Volver a la historieta? ¿Para qué? Y, sobre todo, ¿para quién? Por los motivos que sean, hemos perdido a los lectores que consideraban que los tebeos estaban al nivel narrativo de la novela o el cine. ¿Qué pinto en un mundo de superhéroes americanos y mangas japoneses?".

En fin, una pérdida irreparable que los amantes del tebeo para adulto lamentamos. Ayer viendo el blog de Mildred, Millana, descubridora de tesoros, me iluminó con un video del Youtube en el que el Fary diserta entorno al hombre blandengue. No se lo pierdan:


Enseguida me acordé de esta sátira de Lauzier recortada hace mil años de una revista guarra que se llamaba Bazaar. Gracias al escáner comparto esta historieta de hombres blandengues y mujeres fortachonas que tenía guardada, como oro en paño, entre las páginas de ese tebeo inolvidable sobre la revolución sexual que es Las sextraordinarias aventuras de Zizi y Peter Panpan del mismo autor. Interrogado por qué en sus historias el hombre siempre es el perdedor y la mujer siempre gana, Lauzier contestó: “todo el mundo va a pensar que soy misógino. Pero esta situación, el hombre perdiendo o puesto en ridículo y la mujer siempre vencedora, es cierta, real. Aunque no sea del todo exacta. Yo creo que las mujeres ganan a corto plazo pero que pierden a la larga”. No sé qué pensarán ustedes, amigas y amigos; yo pienso que la peor de las derrotas es perder el sentido del humor, y que, cuando se habla de relaciones entre hombres y mujeres, es mejor reír, para no llorar.

Les dejo con Lauzier, no olviden que para ver la imagen más grande sólo tienen que pinchar encima:

miércoles, 15 de octubre de 2008

Entrevista en Hoy Empieza Todo.Radio 3. 8/10/08.


En esta ocasión Marta Echevarría me entrevista en radio 3. Fue el miercoles pasado a las 9 de la mañana. Ella, la locutora, se había levantado a las cinco de la madrugada; su único combustible había sido el café de la máquina de aquel edificio de Prado del Rey. Yo me había levantado a las 8 y desayuné tostadas con una infusión de manzanilla, sirva esto en mi descargo -que no acostumbro a madrugar ni a tomar excitantes-. En fin, intenté estar a la altura de una periodista que, además de escuchar el disco, se había leido la novela y hasta la historia de la exposición.

Entreverados, se pueden escuchar, los temas de Pasen y vean, La visita de la Muerte, La casita de papel y Yo no quiero más que ser feliz. En algunos ordenadores, no sé por qué,se escucha a menos revoluciones, lo cual convierte su audición en un doble ejercicio de tortura: escucharme a mí y, además, ralentizado. Si quieren escucharlo mejor acudan a esta página de radio 3. A los que se aventuren, que les sea leve.


Me enamoré de una indie Capítulo 2. You´re innocent when you dream.

Un día ella me preguntó como combatía el insomnio -sus preguntas eran siempre de este tipo-, y yo le contesté que el insomnio se combate durmiendo. Como se quedó callada me di cuenta de que quería decir algo -ella era tan misteriosa-, así que le devolví la pregunta. Con su habitual tono displicente me contestó que ella conciliaba el sueño pensando en Tom Waits.

Cuando vivía en Madrid, antes de conocerla, entraba en el sueño pensando que el aire era agua. Me ponía bocabajo, cerraba los ojos, y en un par de brazadas atravesaba las paredes como si de una ilusión holográfica se tratase. No sé por qué aquella sensación de liviandad acuática me calmaba y me permitía dormirme con rapidez. Entonces vivía en Madrid, en un cuarto piso sin ascensor.

Ahora vivo en un garaje y, en lugar de buceando, entro en el sueño volando. Me pongo bocabajo, cierro los ojos, y pienso que soy un gran pájaro suspendido en el aire: con las alas abiertas, mecido por la brisa, el sueño viene a mí como una nube luminosa.

Hace seis meses que no voy a Madrid, hace seis meses que no sé nada de ella. Siempre que escucho a Tom Waits la imagino durmiendo a mi lado. No paro de escuchar la canción You´re innocent when you dream.

martes, 14 de octubre de 2008

La música y los 100 millones de Euros, o cómo morir de risa antes de morir de hambre.

Quisimos que fuese el último concierto del verano y fue el primero del otoño; fuera caía la lluvia. Con tres días de ensayo había bastado para montar un repertorio de 17 canciones, 11 de las cuales eran de los Desastres Naturales, el disco que habíamos grabado juntos y que se trataba de presentar en directo. El dinero era lo de menos, me habían dicho mis músicos cuando los convoqué, así que no me sentí como otras veces culpable cuando, al término del concierto, repartí lo poco que habíamos ganado: cincuenta euros por barba. Un cálculo rápido, sólo teniendo en cuenta las horas de ensayo, de prueba de sonido y del concierto en sí – sin contar, por supuesto, el tiempo empleado en componer, arreglar y grabar las canciones- nos da un resultado de 3´5 Euros la hora. No se me ocurre un trabajo que esté peor pagado y sin embargo cuente con tanta gente dispuesta a la labor. La música, esa esclavitud voluntaria.

Siempre que quedamos para ensayar mis músicos llegan con chistes sobre la profesión, esta vez el más dolorosamente divertido tuvo forma de pregunta y respuesta:

-¿Tú qué harías si te tocaran 100 millones de Euros?

-Yo, vivir de la música hasta que se me acabe el dinero.

Lo contamos también, a dos voces, en mitad del concierto, pero a los que no son del gremio no les hizo tanta gracia. Una amiga incluso me reprochó que me hiciera el gracioso. Me reprochó el chiste y la incitación al consumo: antes de la última canción traté de aclarar que, pese a los rumores que circulaban, no era verdad que El Hombre Delgado estuviera en contra de la sociedad de consumo; que como prueba de su entrega al sistema y atención a los impulsos consumistas del respetable, había traído un saco de libros-disco-catálogo de arte a un precio excepcional. Debe ser que no tengo dotes de tendero, al menos cuando se trata de mi producto, pues sólo me compraron un Libro-disco. Me había llevado una bolsa con treinta libros-disco-catálogo de arte y sólo había vendido uno. La vez anterior que tocamos allí, un año y medio antes, vendimos los quince ejemplares que nos habíamos llevado y hasta hubo gente que protestó por quedarse sin él. Esta vez, echémosle compasivamente la culpa a la crisis, me volví a casa, bajo la lluvia, cargando en una mano la guitarra y en la otra una bolsa grande de El Corte Inglés con 29 libros-disco-catálogo de arte que pesaban como si fuesen adoquines. De esta guisa, y con los cincuenta euros en el bolsillo, aterricé en casa de mi amiga que amablemente me deja dormir en su cama cuando paso por Madrid. A ella no le hizo gracia pero a mí sí y, hasta un momento antes de entrar en el sueño, me reía solo pensando en que haría yo si me tocaran 100 millones de euros.