martes, 28 de octubre de 2008

Katmandú: La sombra y la luz. Enero-febrero 2006.


Paso estos días en casa de una amiga que tiene televisión digital. La otra tarde, en el canal de Viajes, un chispeante mochilero yanqui recorría Nepal. Me sorprendió que las imágenes que salían de Katmandú la mostraban como una ciudad alegre, llena de colores. Había estado hace casi dos años por aquellas mismas calles de Tamel, armado con mi cámara, que es una forma de distraer la impaciencia de un mal turista como yo, y ni mis fotografías ni mis recuerdos casaban con aquel Katmandú televisivo.

En Nepal por esos días había comenzado el pulso entre la guerrilla maoísta y los siete partidos políticos contra el rey Gyanendra, pulso que terminó institucionalmente el 28 de mayo de este año 2008, cuando por fin se ha proclamado la república. Yo estuve desde el 30 de enero hasta el 20 de febrero del 2006, y aunque el momento más crítico se vivió unos meses más tarde, las huelgas, el toque de queda y el ejército en las calles, dejaban a Katmandú sumida en un ambiente turbio. Supongo que el haber hecho las fotos en blanco y negro ayuda también a que mi memoria recuerde la ciudad sin brillo, descolorida como esos pañuelos budistas con rezos que el viento va deshilachando.

Aquí les dejo parte de las fotos que tomé entonces, mi particular Katmandú en Blanco y negro. No tienen un valor artístico, más bien son un testimonio documental, una mirada que retorna, con su luz y con su sombra.

Basta con pinchar encima de la fotografía del encabezado y tendrán acceso a la galería. Buenos días tengan ustedes.

martes, 21 de octubre de 2008

Nostalgia del porvenir : del verano azzurro a la huelga general. Un paseo con Adriano Celentano.

Hay gente que hace el mundo más feliz, por ejemplo, Adriano Celentano o Paolo Conte. Cuando los dos se juntan la felicidad se multiplica y eso explica, en parte, que en el imaginario colectivo una canción italiana sea sinónimo de buen rollo. Por ejemplo:



Azurro, letra y música de Paolo Conte. Cuando Celentano grabó esta canción, Paolo llevó a su casa una copia de la maqueta: “Era tarde y mi madre aún estaba despierta. Nos fuimos los dos a la cocina y puse en marcha el magnetófono… Mi madre se echó a llorar. Aún me pregunto si eran lágrimas por el pasado o por el futuro.” El pasado y el futuro se refieren seguramente al personal de Conte, cuya madre llora por su triunfo, un éxito que supone una ruptura entre lo que fue y lo que será la vida de su hijo. Sin embargo, desde que lo leí en Paolo Conte, la reconstrucción del mogambo y otras canciones (Lumen), he pensado en esa reacción de la madre como definitoria de la impresión que deja la música en un oyente emocionado. Simon Frith, el sociólogo del rock decía a cuenta de los Beatles que, incluso al escuchar por primera vez uno de sus temas, “había una sensación de recuerdos por venir”. En este mismo sentido Santiago Auserón tituló una de las últimas compilaciones de Radio Futura como Memoria del porvenir. Es una idea repetida, el que la música establece otro tiempo diferente, con pautas rítmicas que físicamente influyen en el latido del corazón, con melodías que evocan emociones concretas, donde es posible llorar por la amada perdida sin dejar de soñar con la camarera que nos sirve. Y lo mejor, que no hay necesidad de que haya amor perdido, ni camarera a la vista: la música las convoca por nosotros. Así que lágrimas por el pasado o por el futuro, una nostalgia del porvenir.

La lolita pirulera y el papito calzonazos

Una experiencia intensa la de la música; como el amor de La pareja más bella del mundo, que fue la primera canción que compuso Paolo Conte para Celentano, que puso la letra. La coppia più bella del mondo, llegó a las listas de éxito en el 67. Fíjense en la interpretación cómica de Celentano que canta en esta ocasión, en lugar de con su mujer -Claudia Mori, para la que fue escrita-, con la cantante Mina:



¿Ven ahora a lo que me refería cuando decía esa cursilada de que Adriano Celentano es una de esas personas que hacen más feliz el mundo? Y la estrategia bufonesca con la que procede no renuncia a la inteligencia, de hecho, al fingirse un tullido mientras entona “somos la pareja más bella del mundo y lo sentimos por los demás que están tristes y son tristes porque no saben qué cosa es el amor”, le da la vuelta a la canción y la universaliza: por feo que sea nuestro amante, si se aliña con amor, resulta el más guapo del mundo. Una vuelta de tuerca que ridiculiza el mensaje de la canción, ese amor tan convencional en el que él la trata como una niña y ella le tiene dominado por sus maneras de Lolita. ¿Quién no ha sufrido (y disfrutado) de una novia que en los momentos de acaramelamiento (o de chantaje) pone voz de niña traviesa? Estrategia de seducción, le llaman, ¡armas de mujer! Algunas tropicales, si te descuidas, hasta te dicen papito, que si ya antes daba repelús, desde el autobautismo de Miguel Bose da directamente calambre. Ella te dice papito y tú le dices mi niña, mi pequeña, mi baby: el círculo se cierra, la media naranja y la naranja entera.

Celentano al interpretar como un bufón tullido, nos está demostrando que el amor es cuento. De ahí que su interpretación sea a la par que divertida reveladora. Si no se tomara a broma y nos cantase la canción sin ironía, con la pose a la que acostumbran los cantantes melódicos, el mensaje que nos trasmitiría Celentano sería el de la pareja más bella del mundo, sin sombra que lo cuestione, de forma que estaría promocionando un tipo de relación que no es otro que el de la lolita pirulera y el papito calzonazos. Ustedes dirán, como siempre que trato de explicar canciones, que exagero. Tal vez tengan razón.

Quien no trabaja no hace el amor

Estábamos con lo inteligente y divertido que es Celentano y cómo hace que el mundo sea más feliz sin hacer que sea más idiota. Dejemos a Paolo Conte para otra entrada y escuchemos otra canción, un auténtico hit, perfectamente silbable y con la torsión y el ingenio capaz de hacer saltar todas las resistencias aunque se trate, ni más ni menos, que de una canción política en la que una mujer le dice a su marido que abandone la huelga, que ya no tiene dinero para comprar comida; se lo dice además con las piernas cerradas: chi non labora no fa l´amore. El país entero está en huelga y ella acaba por desviar la culpa de su marido al mismísimo patrón, al que le acaba pidiendo que suba los sueldos “ y ya verá como el amor vuelve a entrar en su casa, y en la de todos”. Esta canción triunfó en el festival de San Remo de 1970, interpretada por Claudia Mori y, si la red no me engaña, también por Celentano. Vean que estilazo al cante, al baile y a la dirección del coro:



Una canción más socialdemócrata que revolucionaria, pero política al fin, y divertida. En las antípodas por ejemplo de la totalitaria Europe´s living a celebration, de la que ya hablamos aquí por extenso. Pues eso era todo por hoy. Espero les inspire el maestro Celentano tanta felicidad como a mí, y si además les da fuerza, aprovéchenla, irrumpan en el despacho del patrón y pídanle un aumento de sueldo en nombre del amor; si no saben cómo hacerlo, háganlo como el maestro, háganlo cantando.

viernes, 17 de octubre de 2008

Lauzier, el Fary, el hombre blandengue y la mujer triunfadora.

Les traigo una aventura de Gerard Lauzier, el mordaz dibujante que retrató en Cosas de la vida la sociedad francesa post 68. Hoy Lauzier es cineasta y desde el 92 no ha publicado ningún comic; en declaraciones recogidas por un periodista, explica su abandono: "Es un trabajo muy solitario y, además, nunca fui un auténtico dibujante. Yo dibujaba lo justo para poder explicar una historia, así que no lamento haber cambiado los tebeos por el cine. ¿Volver a la historieta? ¿Para qué? Y, sobre todo, ¿para quién? Por los motivos que sean, hemos perdido a los lectores que consideraban que los tebeos estaban al nivel narrativo de la novela o el cine. ¿Qué pinto en un mundo de superhéroes americanos y mangas japoneses?".

En fin, una pérdida irreparable que los amantes del tebeo para adulto lamentamos. Ayer viendo el blog de Mildred, Millana, descubridora de tesoros, me iluminó con un video del Youtube en el que el Fary diserta entorno al hombre blandengue. No se lo pierdan:


Enseguida me acordé de esta sátira de Lauzier recortada hace mil años de una revista guarra que se llamaba Bazaar. Gracias al escáner comparto esta historieta de hombres blandengues y mujeres fortachonas que tenía guardada, como oro en paño, entre las páginas de ese tebeo inolvidable sobre la revolución sexual que es Las sextraordinarias aventuras de Zizi y Peter Panpan del mismo autor. Interrogado por qué en sus historias el hombre siempre es el perdedor y la mujer siempre gana, Lauzier contestó: “todo el mundo va a pensar que soy misógino. Pero esta situación, el hombre perdiendo o puesto en ridículo y la mujer siempre vencedora, es cierta, real. Aunque no sea del todo exacta. Yo creo que las mujeres ganan a corto plazo pero que pierden a la larga”. No sé qué pensarán ustedes, amigas y amigos; yo pienso que la peor de las derrotas es perder el sentido del humor, y que, cuando se habla de relaciones entre hombres y mujeres, es mejor reír, para no llorar.

Les dejo con Lauzier, no olviden que para ver la imagen más grande sólo tienen que pinchar encima:

miércoles, 15 de octubre de 2008

Entrevista en Hoy Empieza Todo.Radio 3. 8/10/08.


En esta ocasión Marta Echevarría me entrevista en radio 3. Fue el miercoles pasado a las 9 de la mañana. Ella, la locutora, se había levantado a las cinco de la madrugada; su único combustible había sido el café de la máquina de aquel edificio de Prado del Rey. Yo me había levantado a las 8 y desayuné tostadas con una infusión de manzanilla, sirva esto en mi descargo -que no acostumbro a madrugar ni a tomar excitantes-. En fin, intenté estar a la altura de una periodista que, además de escuchar el disco, se había leido la novela y hasta la historia de la exposición.

Entreverados, se pueden escuchar, los temas de Pasen y vean, La visita de la Muerte, La casita de papel y Yo no quiero más que ser feliz. En algunos ordenadores, no sé por qué,se escucha a menos revoluciones, lo cual convierte su audición en un doble ejercicio de tortura: escucharme a mí y, además, ralentizado. Si quieren escucharlo mejor acudan a esta página de radio 3. A los que se aventuren, que les sea leve.


Me enamoré de una indie Capítulo 2. You´re innocent when you dream.

Un día ella me preguntó como combatía el insomnio -sus preguntas eran siempre de este tipo-, y yo le contesté que el insomnio se combate durmiendo. Como se quedó callada me di cuenta de que quería decir algo -ella era tan misteriosa-, así que le devolví la pregunta. Con su habitual tono displicente me contestó que ella conciliaba el sueño pensando en Tom Waits.

Cuando vivía en Madrid, antes de conocerla, entraba en el sueño pensando que el aire era agua. Me ponía bocabajo, cerraba los ojos, y en un par de brazadas atravesaba las paredes como si de una ilusión holográfica se tratase. No sé por qué aquella sensación de liviandad acuática me calmaba y me permitía dormirme con rapidez. Entonces vivía en Madrid, en un cuarto piso sin ascensor.

Ahora vivo en un garaje y, en lugar de buceando, entro en el sueño volando. Me pongo bocabajo, cierro los ojos, y pienso que soy un gran pájaro suspendido en el aire: con las alas abiertas, mecido por la brisa, el sueño viene a mí como una nube luminosa.

Hace seis meses que no voy a Madrid, hace seis meses que no sé nada de ella. Siempre que escucho a Tom Waits la imagino durmiendo a mi lado. No paro de escuchar la canción You´re innocent when you dream.

martes, 14 de octubre de 2008

La música y los 100 millones de Euros, o cómo morir de risa antes de morir de hambre.

Quisimos que fuese el último concierto del verano y fue el primero del otoño; fuera caía la lluvia. Con tres días de ensayo había bastado para montar un repertorio de 17 canciones, 11 de las cuales eran de los Desastres Naturales, el disco que habíamos grabado juntos y que se trataba de presentar en directo. El dinero era lo de menos, me habían dicho mis músicos cuando los convoqué, así que no me sentí como otras veces culpable cuando, al término del concierto, repartí lo poco que habíamos ganado: cincuenta euros por barba. Un cálculo rápido, sólo teniendo en cuenta las horas de ensayo, de prueba de sonido y del concierto en sí – sin contar, por supuesto, el tiempo empleado en componer, arreglar y grabar las canciones- nos da un resultado de 3´5 Euros la hora. No se me ocurre un trabajo que esté peor pagado y sin embargo cuente con tanta gente dispuesta a la labor. La música, esa esclavitud voluntaria.

Siempre que quedamos para ensayar mis músicos llegan con chistes sobre la profesión, esta vez el más dolorosamente divertido tuvo forma de pregunta y respuesta:

-¿Tú qué harías si te tocaran 100 millones de Euros?

-Yo, vivir de la música hasta que se me acabe el dinero.

Lo contamos también, a dos voces, en mitad del concierto, pero a los que no son del gremio no les hizo tanta gracia. Una amiga incluso me reprochó que me hiciera el gracioso. Me reprochó el chiste y la incitación al consumo: antes de la última canción traté de aclarar que, pese a los rumores que circulaban, no era verdad que El Hombre Delgado estuviera en contra de la sociedad de consumo; que como prueba de su entrega al sistema y atención a los impulsos consumistas del respetable, había traído un saco de libros-disco-catálogo de arte a un precio excepcional. Debe ser que no tengo dotes de tendero, al menos cuando se trata de mi producto, pues sólo me compraron un Libro-disco. Me había llevado una bolsa con treinta libros-disco-catálogo de arte y sólo había vendido uno. La vez anterior que tocamos allí, un año y medio antes, vendimos los quince ejemplares que nos habíamos llevado y hasta hubo gente que protestó por quedarse sin él. Esta vez, echémosle compasivamente la culpa a la crisis, me volví a casa, bajo la lluvia, cargando en una mano la guitarra y en la otra una bolsa grande de El Corte Inglés con 29 libros-disco-catálogo de arte que pesaban como si fuesen adoquines. De esta guisa, y con los cincuenta euros en el bolsillo, aterricé en casa de mi amiga que amablemente me deja dormir en su cama cuando paso por Madrid. A ella no le hizo gracia pero a mí sí y, hasta un momento antes de entrar en el sueño, me reía solo pensando en que haría yo si me tocaran 100 millones de euros.

sábado, 4 de octubre de 2008

¡¡¡Rock and Bole pa´ la prole!!!El Hombre Delgado y los desastres naturales, en concierto.

Un cantante que no canta es como un astronauta encerrado en un sótano. El Hombre Delgado vuelve a entrar en órbita este jueves 9 de octubre a las 22:30 en La Boca del Lobo, Madrid.
Por el módico precio de 10 eurípides podrán contemplar el espectáculo del escuálido cantante y su banda huracanada; nunca nadie dio tanto por tan poco. Nos vemos.