viernes, 5 de diciembre de 2008

Camarón por bulerías y por sevillanas.


Ayer, 5 de diciembre, el Camarón de la Isla habría cumplido 58 años. Como escribió Sabina en un poema que cantó Pasión Vega: cómo te extraño, motín de la razón soledad sonora… jondura en vena, cura de hierbabuena, galope inerte, patera hundida, viva la mala vida, muera la muerte.

Cura de hierbabuena:

En estas bulerías del 78 que les traigo, el Camarón de la Isla, que cantaba como los ángeles, se convierte en guardián de los que cantamos mal, asistente de los menesterosos sin voz, médico -con sus curas de hierbabuena- y compadre de los cantantes afónicos que lloran por no poder cantar:Sentado en un río y en un viejo tronco, mi compare quería cantar pero estaba ronco. Lloraba de pena, lloraba de pena, y en mis manos le di de beber agüita del río con hojas de menta.

Las bulerías van precedidas de un joven Camarón defendiéndose en el 73 de los ataques de los puristas. Y eso que todavía faltaban unos años para la Leyenda del tiempo. Disfruten del video y no pasen por alto lo bien que le quedaba la melena a Paco de Lucía:



...Mala suerte es la mía y haber tropezao contigo. Lo agustito que yo vivía, tu cariño es mi castigo.

Pa qué me llamas prima, ay, pa qué me llamas

Tantas veces las canté, y tan mal. La última vez esta mañana, mirando con hondura una llamada perdida en el móvil. Pa que me llamas prima, ay, pa qué me llamas...

Yo sé que las sevillanas están mal vistas, que los puristas las han condenado con desprecio a vagar, como hijas bastardas, lejos de la casa sacrosanta del flamenco. Como siempre que se habla en nombre de la pureza, es una confusión que despista el juicio y el talento. Una vez más el Camarón, ajeno a las alambradas y a las tonterías de los defensores de la esencia, alcanza lo sublime con estas sevillanas gitanas para la película de Carlos Saura. Es de sus últimas apariciones, unos meses después, el 2 de julio del 92, moría a los 41 años.



Es comprensible que ante el boom comercial que vivió el género en los ochenta, se reaccionara desde el flamenco con altanería. Igual que hoy a la gente le da por hacer pilates, entonces una fiebre recorrió el país y España entera se puso a bailar por sevillanas. Para cubrir la demanda hubo un exceso de oferta, de oferta mala mayormente, y el producto se depreció. En el año 92, cuando todo el mundo estaba harto, Juan Lebrón produjo la película de Sevillanas. Carlos Saura llevó adelante el encargo con altura, y Camarón y compañía dignificaron la imagen del género.

Años después le preguntaron a Saura por qué Camarón, un cantaor de flamenco, aceptó intervenir en Sevillanas. “Él pensaba- respondió sonriendo- que yo era el director de la película Los diez mandamientos, y eso de que se separaran las aguas le parecía muy bonito”. Por supuesto, nunca le dijeron a Camarón que estaba equivocado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que morro tiene Saura, ya le vale!

Indie gente dijo...

no es "mi compare queria cantar pero taba ronco ..." es "un pajarito queria cantar pero taba ronco lloraba de pena" no? XD es que estoy en mi etapa camaronera :]