martes, 16 de diciembre de 2008

En tiempos precarios El Corte Sobra.Pero una madre sigue siendo una madre.


No todo se hunde en tiempo de crisis. La lotería, por ejemplo, incrementa sus ventas. El viejo reclamo de Usted puede ser millonario comprando este cupón, reluce con más fuerza en la adversidad que en tiempos de bonanza económica. Mira que si nos toca…

En un sentido más práctico y menos milagroso, el mercadillo de vendedores ambulantes, aquí llamado con aires parisinos “el piojillo”, hace su agosto en tiempos de crisis. A los compradores habituales se suman nuevos consumidores que ya no tienen para el prêt-à-porter de la temporada; los chamarileros y gitanos que despachan el género no dan abasto. Mi madre, decidida a que no pase más frío, me trae de regalo -estos son los reyes, me dice- una bata de cuadros verdes y dos skyjamas de forro polar, y unas pantuflas de andar por casa. Yo que siempre envidié la suerte del prejubilado, gracias al piojillo, podré al menos vestir como ellos. Y a un módico precio: los skyjamas a 5 euros cada uno, la bata y las pantuflas a 8.

Las pantuflas de cuadros me hacen mucha ilusión; Rafael Sánchez Ferlosio, lucía unas igualitas en una foto antológica que sacó El País hace unos años. La bata de cuadros me recuerda a un anuncio de Polil antipolillas; me la he puesto y enseguida me han entrado ganas de coleccionar sellos. Mi madre me cuenta que el vendedor, que iba vestido con una de sus batas, aseguraba que el tejido era nada menos que tela prepirenaica de los Alpes. Señora, tela prepirenaica de los Alpes. Aquí les dejo, para regalo de sus ojos, una foto de mi bata antipolillas:

Al ver de refilón la etiqueta de los skijamas he pensado que procedían del mismísimo Corte Inglés; ya me extrañaba a mí que fueran tan baratos, los han robado en El Corte Inglés, estuve a punto de decirle a mi madre cuando, fijándome mejor, descubrí un irónico juego de palabras en la etiqueta: El Corte Sobra.

Un amigo andaba preguntando a otras amigas por las cinco mejores y las cinco peores cosas de este año que termina. Ellas, dejándose retratar con sus churumbeles, enumeraban sus preferencias con una soltura que me llena de admiración. Hasta esta mañana que se apareció mi madre con mis regalos de reyes, hubiera sido incapaz de soltar prenda. Pero ahora sí estoy preparado para marcar tendencia en estos tiempos de crisis y temporales diversos, tomen nota: las cinco mejores cosas de este año que termina son mi bata y mis dos skijamas de tela prepirenaica de los Alpes, mis babuchas de cuadros y, cómo olvidarla, mi madre. En estos tiempos precarios el corte sobra pero una madre sigue siendo una madre. En la foto de arriba la pueden contemplar conmigo y en la de abajo con mi hermana (en ese momento algo molesta por la salida de los primeros dientes).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que buenas fotos fidi, que recuerdos.
A ver si nos vemos estas fiestas (¿?)

El primo

Pablo Rodríguez Burón dijo...

jajaja! muy bueno lo de que te entraron ganas de coleccionar sellos. Antipolillas totalmente, estoy contigo. Y cierto, "madre sólo hay una"(escribí un cuento con ese título hace un par de años, y luego un guión para cortometraje, pero no lo he visto montado). Lo malo es que no está incluído en "El abrazo de piedra" :-)
Gracias po tu comentario en mi blog.
un abrazo fuerte

Luis Demano dijo...

Que gran placer encontrarte por aquí... tienes la misma cara de buena gente que tu señora madre jajajjja...

Soy Luis, el amigo de Raquel... por si las moscas...

un besazo!!

Coral Herrera Gómez dijo...

ke post tan lindo :) salís los dos muy guapos... me enternecí y me reí :) besitos para los dos

pintón dijo...

Ellas con sus retoños, para que no les saquen los colores, y tu con tu madre, para que te saquemos los colores. Menudo careto tiene tu madre, Fidel. Que bellezón.
Si no te veo antes, un besazo de 2009.