sábado, 16 de abril de 2011

Gran disputa: el Madrid y el Barça contra El Estado Mental



El miércoles 27 es la noche de los libros y la tarde de la Champions. A un lado de la Castellana el Bernabeu y al otro, en Comandante Zorita, 48, Ivorypress, la galería y librería de arte donde Antonio Rodríguez de las Heras, Borja Casani, Amador Fernández-Savater y un servidor tendrán una conversación sobre la revista El Estado Mental. El título del encuentro es “el futuro es curvo”, una frase sacada de la entrevista que le hicimos a Rodríguez de las Heras.

El azar que ha propiciado la coincidencia puede verse como un infortunio: contando con que no a todo el mundo le gusta el futbol, ¿qué despistado de esa minoría silenciosa se acercará a las ocho de la tarde, tres cuartos de hora antes de que comience el partido, por las ruidosas y masificadas inmediaciones del campo, para oír una conversación sobre una revista cultural?

La disputa futbolera no ha hecho más que subrayar el carácter pirotécnico de estos macroeventos culturales de noches en blanco con las que las autoridades gobernantes parecen agotar su estrategia cultural. Lejos de la imagen del hombre sabio en la soledad sonora de sus lecturas, la noche de los libros configura un ruidoso rebaño de turistas ramoneando por los prestigiosos predios de la cultura, o mejor dicho de su simulacro espectacular. De ese ocio gregario poco se puede esperar, más allá del dolor de pies y algún momento de distracción. Hay por supuesto muchas cosas interesantes, pero su carácter industrial, de fabricación a gran escala, desvirtúa inevitablemente la propuesta, convirtiendo en previsible el producto que se ofrece. Lo digo yo, que he participado ya en tres de estas noches insomnes, feliz de me llamaran y que me pagaran – ¡El Hombre Delgado se vende barato!-, y que, sin embargo, siempre he pensado que la política cultural tendría que ir en sentido contrario a estos macrobotellones culturales. Como predicaba Friedrich Schumacher, lo pequeño es hermoso, un axioma que deberían tatuarse en la frente esos políticos de gustos faraónicos que gobiernan esta ciudad.

Y claro, puestos a competir en muchedumbres, el futbol en general -y un Madrid-Barça en particular- gana por goleada. No se podía saber con antelación (el futuro es curvo) pero cuando se supo la coincidencia, en la misma presentación de la Noche de los Libros, la presidenta Aguirre, con su natural gracejo, propuso posponer la cita al día siguiente; la cita de los libros, se entiende. Al final, como un pulso de antemano perdido –la maquinaria puesta en marcha no puede parar-, se mantiene la fecha del miércoles 27. Y a mí, de pronto, me parece que la cosa tiene más sentido, que la tarde en Ivorypress se presenta imprevisible y mucho más interesante de lo que pintaba en un principio, cuando nada se sabía del partido.

La obra que encabeza estos párrafos, En juego, de Eugenio Ampudia, aunque está realizada en el 2006 viene como anillo al dedo para ilustrar este post. Noten hasta que punto el encaje resulta sorprendentemente ajustado, fíjense en el increíble parecido del libro pateado con nuestra revista, El Estado Mental: las hechuras, el lomo negro y hasta el rosa del título de la portada parece ser el mismo…



P.D.: y lo dicho, si alguien se quiere pasar el miércoles 27 por Ivorypress, allí estaremos, a las ocho en punto de la tarde.

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