sábado, 21 de mayo de 2011

¡Malditas elecciones!


Ayer por la tarde, paseando por Sol, me encontré un hombre mayor recitando jotas con letras combativas. Me acordé enseguida de Chicho Sánchez Ferlosio, de sus "canciones al natural", alguna de ellas urgentes, pero siempre con una gracia popular y una eficacia lírica incontestables. Miren y escúchenlo en este vídeo que les traigo, un fragmento de "Buenaventura Durruti: Anarquista" película realizada por Jean-Louis Comolli en alianza con Albert Boadella y Els Juglars, un documento privilegiado para esta jornada de reflexión subversiva.



Y -por seguir reflexionando que no quede- otro adiós a la falacia democrática, esta vez en la voz y el balanceo de Javier Krahe, una canción que cierra su último libro-disco hermosamente titulado "Toser y cantar":




Aquí la letra de Chicho:

La huelga de las urnas

Que el mundo va a cambiar,
nos dicen,
que cuando votemos
nos escucharan.

Si en cambio no votais,
nos dicen,
los del otro lado
nos aplastaran,

y así se quedarán,
nos dicen,
con las manos libres
para hacer su plan.

Menudos demagogos
con sus perros de presa,
jugando como siempre
al palo y la promesa.

Malditos socialistas
vendidos al patrón,
jugando con nosotros
al gato y el ratón.

Nos habeis traicionado
sin ninguna vergüenza,
nos habeis desterrado
y matado también.

Habrá que echar la cuenta
de tantas injusticias:
la cuenta de la sangre
y de la libertad.

Malditas elecciones,
decimos,
si la voz rebelde
se domesticó.

Malditas elecciones,
decimos:
quieren el gobierno
y nosotros no...

Aquí la letra de Krahe:

¡Ay, Democracia!

Me gustas, Democracia, porque estás como ausente
con tu disfraz parlamentario,
con tus listas cerradas, tu Rey, tan prominente,
por no decir extraordinario,
tus escaños marcados a ocultas de la gente,
a la luz del lingote y del rosario.

Me gustas, ya te digo, pero a veces querría
tenerte algo más presente
y tocarte, palparte y echarte fantasía,
te toco poco últimamente.
Pero, en fin, ahí estás, mucho peor sería
que te esfumaras como antiguamente.

Los sesos rebozados de delfín
que Franco se zampaba en el Azor
nos muestran hasta qué grado era ruin
el frígido y cristiano dictador.

Fue un tiempo de pololos, tinieblas y torturas...
volvamos al aquí y ahora
donde tú, Democracia, ya sé que me procuras
alguna ley conciliadora,
pero caes a menudo en sucias imposturas,
fealdades que el buen gusto deplora.

Como el marco legal siempre le queda chico,
y a eso el rico es muy sensible,
si tirando, aflojando, empleando un tiempo y pico,
se hace un embudo más flexible,
que tú apañes la ley a medida del rico
al fin y al cabo es muy comprensible.

¿Pero qué hay del que tiene poca voz,
privado de ejercer tantos derechos,
porqué al nudista pones albornoz,
qué hay de los raros, qué hay de los maltrechos?

Y tus representantes selectos, Democracia,
tus güelfos y tus gibelinos,
cada día que pasa me hacen menos gracia,
sus chistes son para pollinos.
A enmendar tus carencias te veo muy reacia
y están mis sentimientos muy cansinos.

Y como ya me aburre decir continuamente
"eso no estaba en el programa"
no cuentes con que vaya hacia ti cuatrianualmente,
no compartamos más la cama,
vamos a separarnos civilizadamente.
Y sigue tú viviendo de tu fama.

Cuando veas mi imagen taciturna
por las cívicas sendas de la vida
verás que no me acercan a tu urna.
No alarguemos ya más la despedida.

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