
Para los corazones salvajes, para los corazones cansados de latir, para los pobres corazones infartados, he aquí la solución: un corazón artificial, orgánico para mayor compatibilidad y menores rechazos.
¿Su corazón está en riesgo? No lo piense más, en estos tiempos en los que el amor es un desastre cruelmente intermitente, nada más práctico y saludable que un corazón artificial. No deje pasar San Valentín sin adquirir uno. Ellos, tan salvajes, lo probaron, y volvió el amor para toda la vida:
Porque con un corazón artificial, la vida es un musical. Así que ya lo sabe, si quieren su happy end, corazones artificiales a tutti plen.